sábado, 29 de mayo de 2010

SABAYONESES (DONDE SE HABLA DE DEL PAIS SIN UN DRAKE QUE LO MANDE)

     El odio de Oliden contra Bayard El Viejo fue tal, que por decreto prohibió pronunciar el nombre de este en cualquier punto del territorio so pena de cárcel primero y fusilamiento en caso de reincidencia. Como señal de mayor impotencia, Oliden cambió los símbolos patrios que recordaban a los Drake y los sustituyó por una nueva bandera y un escudo nacional que diseñó él mismo. Hizo borrar de la historia oficial la existencia de Bayard El Viejo, escribió la letra del nuevo himno nacional y ordenó casi fuera de sí que tumbasen las estatuas del coronel y que levantasen bustos suyos en todas las plaza públicas del país. Todo el planeta tenía que saber que Él, el Primer Ministro de Sabayón, era la viva encarnación del verdadero Hombre Nuevo en ese país que había vivido en el oscurantismo medieval durante tantos años.
Esbirros enviados por Oliden marcharon por toda la nación sembrando rumores sobre el Viejo Bayard, acusándolo de cuanto incendio, peste, sequía o inundación hubiera quedado aún en la memoria de nuestros habitantes.
Pero si en las zonas rurales aplacaron a tiros a los alzamientos campesinos a favor del coronel, los ordenanzas de la casa no tuvieron quién los detenga a la hora de saquearla. Era el símbolo, debía caer.

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